UGT y CCOO se han sumado a la marcha de protesta del pasado 15 de abril contra el encarcelamiento de los capitostes del procés, convocada por la Plataforma Espacio de Convivencia y Democracia en la que convergen Òmnium Cultural y ANC, organizaciones ambas esenciales en la articulación y desarrollo de la intentona separatista de octubre.
Las dos centrales sindicales siempre se han mostrado favorables al “derecho a decidir” y al referéndum ilegal del independentismo del 1-O. Es conocido que destacados soberanistas del catalanismo proceden, por ejemplo, de UGT. Las filiales catalanas de ambos grandes sindicatos apoyaron, mano a mano, con los separatistas la huelga ilegal en Cataluña de “paro del país” del 3-O. En ningún momento se movilizaron para exigir el cumplimiento de la legalidad ni oponerse a las burdas pretensiones del separatismo catalanista de despojar a los trabajadores españoles de su soberanía nacional proclamando su republiqueta burguesa.
La contribución de estos sindicatos mayoritarios a la división de los trabajadores españoles bajo identidades regionales ha sido incuestionable a lo largo de los últimos 40 años, movilizándoles en sus reivindicaciones bajo ikurriñas, cuatribarradas o la bandera autonómica de turno, pero nunca tras la unitaria española.
Ahora no han tenido empacho en desfilar tras los lemas del independentismo: libertad para los “presos políticos” y retorno de los “exiliados”. Esto es, a favor de los encarcelados y prófugos de la justicia por su responsabilidad en los hechos del 1-O.
Los prebostes sindicales han argumentado que “esto va de democracia” y que concurrían a la protesta por un “gobierno transversal, constitucional y estatutario” junto a quienes, precisamente, han aspirado y aspiran todavía a formar un gobierno en Cataluña excluyente formado sólo por independentistas, conculcar la constitución y arrumbar el estatuto de autonomía para constituir su “nación” despedazando España.
UGT y CCOO se han retratado como sindicatos amarillos al servicio del proyecto separatista de las oligarquías catalanistas que anhelan apalear, como amos y señores de su propio cortijo catalán, a los trabajadores españoles.
Este régimen monárquico, partitocrático y autonómico les dispensa a UGT y CCOO el privilegio de erigirse en “sindicatos mayoritarios” e “interlocutores sociales” y les colma de prebendas, cuando no representan más que a sus aparatos y la defensa de sus componendas.
Los sindicatos de clase son pústulas purulentas y pútridas capitalistas y fascistas al servicio del 3% de las oligarquías y apellidos capitalistas catalanes.
¡Basta de mantener y subvencionar con dinero público a estos sindicatos del crimen antiespañoles!
¿Qué haces afiliado todavía a UGT y CCOO?